La inquietud de mirar éste nudo vial, un punto de vista, un momento para detenernos a observar lo que nunca vemos; siempre pasamos de largo y con prisa. ¿Quién en su sano juicio puede pararse a las once de la noche en un puente peatonal de la Ciudad de México a observar sin miedo?
Una aventura que claro que no hice sólo, le pedí a Daniel que me acompañara, amenazaba con llover, tuvo que ser rápido. Ya tenía tiempo que me había llamado la atención ésta complejidad visual, al final, resultó mejor de lo que esperaba, luces, y líneas por todos lados, un cielo rojo y una direccional.
La Glorieta de San Jerónimo es un punto tan común que no lo vemos, venimos, vamos y pasamos. Te invito a detenerte un momento a ver el extraño mundo en que vivimos.
Excelente manera de capturar el movimiento de los autos.