Al centro del vestíbulo, entre los estantes de libros, flota un enorme esqueleto de ballena gris de doce metros de largo que recibe a los visitantes. La escultura es una creación del artista visual Gabriel Orozco, quien requirió del trabajo de un grupo de expertos que se encargó de rescatar prácticamente completo un cetáceo que fue hallado en la Isla de Arena, en la Reserva de la Biosfera de Vizcaíno, en Baja California Sur (México) y trasladar su osamenta a la Ciudad de México para reconformar su esqueleto en una estructura metálica diseñada para sostener el mamífero. Orozco trabajó los 137 huesos por medio de grafito con el que dibujó formas geométricas que siguen la dinámica misma de la estructura ósea.